PROPUESTA PARA EL VASO DE LOS LOBOS DE ROA

Presentamos un análisis de un recipiente cerámico hallado en "Las Eras de San Blas" que muestra en sus paredes, una realista representación cenital en relieve. Desde A CANTAROS vamos a hacer una aproximación a esta vasija desde las imágenes de pedazos recogidos del yacimiento.




INTRODUCCIÓN

Desde antiguo se viene identificando la actual población de Roa, en la ribera del Duero burgalesa, con la antigua ciudad hispanorromana de Rauda citada por las Fuentes. Diferentes autores a lo largo de la historia se han hecho eco de esta asimilación, así como de la frecuente aparición en el subsuelo de esta localidad de restos arqueológicos de distinta índole. La presencia humana en Roa se remonta a la primera Edad del Hierro, cuando allí se instala un importante asentamiento de las gentes pertenecientes al denominado grupo Soto, caracterizado por la construcción de viviendas circulares de adobe y por la confección de cerámicas a mano. 

La fase de mayor apogeo data, sin embargo, de momentos más tardíos y coincidentes con la segunda Edad del Hierro y con la emergencia de un importante centro de población vacceo.

En cuanto a este poblado vacceo, sabemos que superó el espacio de la muela principal en la que se asienta la población, alcanzando un espacio amesetado y alargado situado al norte, delimitado por el Duero y el arroyo del Dujo y conocido hoy con el nombre de Las Eras de San Blas. En este lugar, donde se creó el actual Parque Arqueológico por parte de la Junta de Castilla y León, se prepararon diversas campañas de excavación para exhumar los restos de una vivienda vaccea de grandes dimensiones que desde el primer momento dimos en llamar "la Casa del Sótano" por presentar una habitación subterránea en perfecto estado de conservación.

Dentro del edificio se ha encontrado un amplio conjunto de materiales arqueológicos, sobre todo cerámicos, entre los que merecen especial mención un Kernos ritual pintado y varios vasos de almacenamiento hallados in situ en la cocina, así como el gran recipiente con una singular representación figurativa de dos zoomorfos en perspectiva cenital que motiva esta noticia.

EL VASO DE LOS LOBOS

Este recipiente, pese a proceder del interior del sótano, no mostraba una posición primaria -como ocurre con las vasijas de la cocina-, sino que apareció roto y dispersos sus fragmentos en el seno de uno de los rellenos inferiores.

Se trata de un vaso globular de boca cerrada, con 26 cm de diámetro en el borde y 50 cm en la zona de máxima apertura, del que se conserva aproximadamente la mitad superior (unos 27 cm). Está confeccionado con pastas muy tamizadas, fue cocido en ambiente predominantemente oxidante y muestra una coloración anaranjada en las superficies y gris en el interior (nervio de cocción). El borde, que tiene una anchura de 26-28 mm, es vuelto y horizontal, pegado en su parte inferior a la pared del vaso pero con el remate en forma angular. Las paredes se abren de una forma brusca en el primer tercio definiendo un perfil globular.

Cuenta además con dos asas de cinta enfrentadas que parten de la boca del recipiente. La forma se asemeja a las dolia romanas y podría considerarse una variante específica de los tipos contenedores, aunque sin uñada en el labio ni cuello o transición entre la boca y la pared, la cual inicia su tendencia globular desde el mismo arranque.

La decoración pintda se sitúa en el borde y sobre la parte superior de la pieza. El labio se adorna con una línea de puntos impresos que rodea toda la boca, aderezada a intervalos de 7 cm con pequeñas guirnaldas simples igualmente conseguidas con puntos impresos. A este motivo acompañan cuatro series incisas de doble zig-zag paralelo ubicadas cada 22 cm y hacia el exterior del labio. En cuanto a las paredes la decoración se localiza en el tercio superior del vaso y se organiza gracias a dos cordones horizontales con puntos impresos que rodean la pieza. En la banda superior -entre el borde y el primer cordón- se ubican las dos representaciones zoomorfas en perspectiva cenital y en relieve, una a cada lado del vaso.

Curiosamente, en la presentación de la pieza, se eliminó una espcie de carena dispuestas, como puede verse en la fotografía en la parte baja de la vasija. La nueva interpretación, que facilita una interpretación fácil de la forma de la pieza, permite la observación de forma globulada en lugar de carenada que nosotros proponemos.


Los motivos, de técnica coroplástica, están confeccionados previamente con pasta cerámica similar a la del vaso y han sido adheridos a las paredes con barbotina antes de la cocción. Su disposición y su orientación es en ambos casos la misma, horizontal y mirando hacia la derecha. El cuerpo está formado por un cordón plano de 10 cm de longitud decorado con dientes de lobo excisos que dejan entre sí una línea de zig-zag en resalte. Hacia la izquierda remata en una pequeña cola semicircular y hacia la derecha en una cabeza de cánido de 20 mm de longitud, con orejas puntiagudas cuyos pabellones triangulares están vaciados mediante excisión, ojos impresos y un hocico alargado con dos puntitos a modo de orificios nasales. De la boca del animal sale un apéndice alargado (15 mm) que podemos identificar con su lengua y que se halla decorado con dos incisiones pseudoparalelas. Las cuatro patas se disponen dos a cada lado del cuerpo y tienen una anchura máxima de 70 mm. Tanto las traseras como las delanteras se hallan dobladas en forma curva hacia la derecha, es decir, hacia la cabeza formando un ángulo casi recto con el cuerpo; se decoran con puntos impresos y están rematadas en garras de cuatro dedos conseguidos mediante incisión.


Por último, la lengua del animal enlaza con una especie de pastilla plana de  perfil ovalado o pseudorectangular de 43 mm de largo por 30 mm de ancho, decorada con un ajedrezado inciso y puntos impresos dentro de cada uno de los escaques. A uno de los ejemplares le falta parte de la pata derecha trasera y al otro el elemento ajedrezado; en ambas ausencias queda la huella de la barbotina utilizada para su fijación, así como la impronta del elemento perdido denunciada por la ausencia de engobe.

Por otra parte, las dos representaciones muestran trazos de pintura de tono vinoso en las patas, el hocico y la pastilla. La decoración de esta banda superior se completa con nuevos motivos pintados que repiten la misma composición en los cuatro sectores en que queda dividido el friso por las dos figuras y las asas. En cada uno de estos espacios aparecen dos metopas formadas por cuatro líneas rectas verticales que alternan con otras tres de líneas onduladas, igualmente verticales, y entre ellas una serie de triángulos escalenos, pegados al borde e invertidos, de cuya punta cuelga una línea ondulada que va a morir sobre el primer cordón.

Las asas del recipiente constituyen por sí solas otro elemento decorativo vinculado a los zoomorfos anteriormente descritos. Presentan una disposición vertical y se sitúan a ambos lados del vaso, entre las dos representaciones cenitales. Tienen una longitud entre 14 y 16 cm y una anchura de 5,4 cm. Están fabricadas con una cinta curva con tres acanaladuras verticales que va de la zona de debajo del borde hasta la franja delimitada por los dos cordones horizontales de la pared. En este último punto se completan con un apéndice recto y vertical que descansa sobre el cordón inferior y que se decora con puntos impresos, dos de ellos alineados en el extremo a modo de ojos, orificios nasales o, incluso, gónadas. El asa lleva en sus laterales dos cordones o churros aplicados y decorados con puntos impresos que rematan en la parte inferior en dos patas curvas que giran sobre el cordón inferior y ascienden para convertirse en sendas garras delimitadas por tres puntos impresos y formadas por cinco dedos separados por incisiones.

Estos dos asideros se adornan también con trazos y líneas pintadas muy borrosas, detectándose entre ellas un motivo de líneas colgadas que parten del apéndice inferior de la cinta.

Se trata, en definitiva, de una representación de zoomorfos cenitales, muy realistas en el caso de los horizontales y más abstractos en el de las asas, que se añaden a otros hallazgos de la misma época localizados sobre todo en territorio de vacceos y celtíberos.

BIBLIOGRAFÍA
  • Simbolismo cenital en el mundo vacceo a propósito de un recipiente de cerámica de las Eras de San Blas (Roa, Burgos), por Francisco Javier Abarquero Moras
  • ARATIKOS ARQUEÓLOGOS

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