LA COCCIÓN: RAZÓN DE SER DE LA CERÁMICA
COCCIÓN OXIDANTE, NEUTRA Y REDUCTORA
El cambio más obvio que tiene lugar durante la cocción es el endurecimiento del cuerpo de arcilla y, cuando existe en la pieza, la vitrificación del esmalte. Pero también ocurren otras reacciones relacionadas con la cantidad de oxigeno presente en la atmósfera del horno.
Cómo controlar la atmósfera
En un horno eléctrico el calor se produce sin consumo de oxígeno, pero si se usa un horno de gas o de combustibles sólidos, el oxígeno se consume conforme arde el combustible, por lo que es necesario asegurar que haya un tiro eficaz y una entrada de aire continua.
Si se restringe la cantidad de oxígeno, la combustión, para alimentar el combustible, absorbe el oxígeno presente en la arcilla de las piezas. En las primeras cocciones que se hacían mediante hogueras al aire libre, esto se conseguía cubriendo el fuego y las vasijas con una capa de ceniza o estiércol. Este tipo de cocciones forma parte de nuestros trabajos en el estudio de la cerámica histórica y prehistórica y en el Taller de Fuego que dirige Carlos del Pozo.
En los hornos de cámara, esto se consigue cerrando las entradas y salidas de oxígeno y aislando totalmente el interior del horno.
Los cambios en la arcilla
Las arcillas sin refinar que usan los alfareros tradicionales en muchas partes del mundo, están compuestas de impurezas orgánicas ricas en carbono.
En una atmósfera rica en oxígeno, la arcilla cocida alcanza un color rosa o rojo como resultado de pla presencia de mineral de hierro, pero la misma pieza, en una atmósfera reductora, el resultado será gris o negro.
El cambio de color se produce por el carbono que ardería en una cocción oxidante pero permanece en la totalidad de la pieza en una atmósfera reductora. El principio es el mismo que cuando se fabrica carbón vegetal: cocida en una atmosfera sellada, la madera queda sin oxígeno y al quemarse deja como residuo carbono puro y negro. Los útiles de cocina fabricados en la Chamba (Colombia) que deben su color al hecho de ser cocidas en estiércol, se venden en todo el mundo.
Los cambios en los óxidos
Tanto el cuerpo de la arcilla como los esmaltes pueden colorearse con óxidos que producen tonalidades distintas en diferentes atmósferas. Durante una cocción en atmosfera oxidante, el óxido de hierro, por ejemplo, crea colores como amarillo, rojo o marrón según la cantidad, pero si la atmósfera es reductora, cuando el oxígeno desaparece, el óxido aporta un color gris o negro. Otro ejemplo conocido es el cobre, que en estado metálico es de color rojo anaranjado, pero cuando se expone a la corrupción del aire se oxida y se vuelve verde (óxido de cobre). Por cocción oxidante da un tono verde pero en cocción reductora puede llegar a dar un tono rojo tan intenso que recibe el nombre de sangre de buey.
La cerámica de figuras negras
Los jarrones engobados por artesanos atenienses en los siglos VI y V a.c., requerían una combinación de oxidación y reducción durante la misma cochura, en un horno con temperaturas entre 850º y 1000º. Tanto para el cuerpo de arcilla como para elo engobe se utilizaban arcilla rica en hierro. En el punto máximo de cocción, el oxígeno se reducía cerrando los conductos de ventilación y alimentando el fuego, lo que volvía negra la arcilla rica en hierro.
A esta temperatura, la potasa presente en el engobe finamente granulado lo hacía fundirse y volverse impermeable al oxígeno. Cuando el horno se enfriaba, se abrian los respiraderos, la atmosfera se volvía oxidante una vez más y el cuerpo de la pieza retornaba al color rojizo, pero el engobe impermeable permanecía negro..
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